Leonora a través del espejo
Leonora Carrington. Memorias de Abajo (Alpha Decay)
“Más
tarde, alcanzada la plena lucidez, iría a Abajo en calidad de
tercera persona de la Trinidad. Creía que, por acción del sol, era
andrógina, la Luna, El Espíritu Santo, una gitana, una acróbata,
Leonora Carrington, y mujer.”
¿Puede entenderse el
surrealismo sin Leonora Carrington? Memorias de Abajo
(Down Below, 1943) es el recuerdo del momento quizás más
surrealista de la fascinante vida de esta artista, nunca
suficientemente reconocida.
Hay un surrealismo femenino
que no figura en los libros de arte, ni apenas en los museos, ni en
la historia de la literatura. En este surrealismo olvidado, ignorado,
el de Dora Maar, Remedios Varo, Leonor Fini, Maruja Mallo y tantas
otras, las artistas rompedoras, mujeres de vanguardia, ofrecen
transgresión desde lo íntimo, desde vivencias personales concretas,
reivindicándose como tema y no como inspiración para nadie ni como
objeto de deseo.
Rememorando un periodo
traumático de su vida, Leonora Carrington nos brinda en este libro la
oportunidad de asistir a un momento histórico crítico. Relata su
huída de Francia hacia España después de que los nazis se llevaran
a su pareja, Max Ernst, y cómo, una vez en Madrid, la detienen por
orden de su familia y la trasladan a una institución psiquiátrica
en Santander (ella ni siquiera sabe dónde se encuentra al principio)
porque estaba dando muestras de desequilibrio mental severo.
“Yo
intentaba comprender aquel vértigo mío: que
mi cuerpo ya no obedecía las fórmulas arraigadas en mi mente, las
fórmulas de la vieja y limitada Razón; que mi voluntad ya no
engranaba con mis facultades motoras.”
Describe sus sensaciones y
pensamientos durante su estancia en el sanatorio. No se detiene a
hacer distinciones entre la supuesta realidad y cómo ella la
percibía. Cuenta directamente lo que vivió. Hace memoria del
maltrato a que fue sometida y del tratamiento con Cardiazol, un
medicamento que le provocaba convulsiones incontrolables que la
dejaban postrada, paralizada y desorientada durante horas o días.
“Comprendí
que tenía que ponerme a trabajar con ayuda de estos objetos,
combinando sistemas solares para regular la conducta del mundo
(...).Tenía dos frascos de agua de colonia: el aplastado eran los
judíos; el otro, cilíndrico, los no-judíos. Una cajita de polvos
Tabú con tapa, mitad gris y mitad negra, representaba el eclipse, lo
complejo, la vanidad, lo tabú, el amor.”
Su delirio se nos muestra en
su relato como un exilio interior, un escape de su mente
enfrentándose al exilio real que acababa de emprender, huyendo de
los nazis, de su familia, distanciándose de Max Ernst y de todo lo
que de ella se esperaba.
Con un estilo similar al de
sus cuentos, la narración es rápida, casi atropellada. Como una
especie de Alicia a través del espejo, los sucesos más extraños se
le van cruzando en el camino sin tregua y con apariencia de total
normalidad. Y, como Alicia, lidia con el miedo y con el absurdo y
consigue por sí misma regresar desde el otro lado.
Leonora Carrington se aleja
en esta obra por completo de la imagen de mujer como musa que el
surrealismo masculino había contribuido a perpetuar. No es mujer
enigma, es una mujer protagonista de su propia historia. No
experimenta con la locura como ejercicio creativo sino que recupera,
para ofrecérnoslos, su desviación, su propio sufrimiento, su
tránsito por los márgenes de la realidad y de la historia.
Memorias de Abajo
es surrealismo crudo, desnudo.
Leonora
Carrington (Lancashire,
1917- Ciudad de México 2012) fue una pintora y escritora
surrealista.
En
2005 fue galardonada con el Premio
Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes
otorgado por el gobierno de México. El
Museo de Arte Moderno Ciudad de México le ha dedicado una exposición
(del 21 de abril al 23 de septiembre de 2018) rememorando la vida y
la obra de la artista tras cumplirse 100 años de su nacimiento.
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